
���� Una bronquitis perra me ha tenido varios d�as en dique seco y eso me ha permitido hacer algo que nunca hago: tener la tele encendida ante mis moqueantes y nada augustas narices. As� me pill� la noticia del atentado de Bruselas y as� pude escuchar, con estupefacci�n no exenta de irritaci�n, el entreguismo al que se acog�an, optando por el "je suis Bruxelles" frente al "stop Islam", buena parte de los informadores y de los tertuliasnos, m�s asnales que nunca en el adocenamiento buenista de sus comentarios serviles y clericales al servicio de una Europa que ha decidido apoyar en su sien el ca��n de una pistola yihadista. No hubieran desmerecido �stos de los de Chamberlain mientras los tanques de Hitler engrasaban sus ca�ones y los estafermos del Pacto de M�nich miraban pasar la historia sin enterarse de nada.
����� �Qu� tal si nos pusi�ramos todos de acuerdo en unos cuantos principios elementales nacidos, a mi entender, de la sensatez y la evidencia?
����� Son �stos:
����1. Decir que lo sucedido no tiene nada que ver con el Cor�n es como en su d�a hubiera sido afirmar que la revoluci�n sovi�tica no ten�a nada que ver con las obras de Marx y Engels.
����2. Islamofobia no es sin�nimo de xenofobia.
����3. Decir, como ha hecho Rajoy, que el odio no anida en el interior de ninguna religi�n es desconocer las tres del monote�smo y la historia de Europa en los �ltimos quince siglos.
����4. Lo de ahora -lamento coincidir con Hollande y Valls- es una guerra, aunque distinta a las convencionales, y las guerras no se ganan con discursitos de moralina barata. Rel�ase, por favor, a Spengler. Si no nos salva un pelot�n de soldados, no nos salvar� nadie. Y, menos a�n, por contradictoria que la afirmaci�n resulte, ese Dios de los Ej�rcitos que las Sagradas Escrituras, madres de todos los integrismos, nos proponen.
����5. En el vientre de los refugiados y de la inmigraci�n, por mucho que el discurso dominante sostenga lo contrario, viaja la quinta columna del terrorismo. S�lo los pa�ses n�rdicos, los de la antigua �rbita sovi�tica (que est�n vacunados por Stalin) y la siempre exc�ntrica Inglaterra le plantan cara. Schengen ha terminado. La socialdemocracia, tambi�n.
����6. El entreguismo de los progres y sus adl�teres -la izquierda, en general- se llama, en el mejor de los casos, ceguera y, en el peor, alta traici�n.
����Y 7. Es la tecnolog�a y, a su remolque, Internet lo que hace posible esta locura. Bill Gates, Steve Jobs y sus secuaces han jugado el papel que la Biblia asigna al Anticristo.
���� Am�n.