
��� �"La conciencia femenina es un secreto tan bien guardado que ni siquiera la mujer lo descubre f�cilmente. Es un secreto que forma parte del inconsciente social, una forma reprimida por una sociedad que se desarrolla a trav�s de las restricciones impuestas por lo masculino, tan adversas incluso para los propios hombres". As� arranca la obra que el pr�ximo domingo analizaremos en Libros con uasabi.
��� �Ya saben ustedes que me resisto a leer novelas, pero tambi�n saben que no hay regla sin excepci�n y que reivindico el sacrosanto derecho a contradecirse. �Ay del escritor que no lo haga!
��� �Cuando hace unas semanas apareci� La chica danesa, del californiano David Ebershoff, con sello de Anagrama, me precipit� a leerla y, a rengl�n casi seguido, tan s�lo unos d�as despu�s, corr� a ver la pel�cula de Tom Hooper basada en ella. Se trata, en ambos casos, de un relato biogr�fico, aunque de versi�n lib�rrima, inspirado en la vida de Einar Wegener, el primer hombre -dan�s, y luego danesa- que en 1931 se someti� a una operaci�n para cambiar de sexo. Algo que hoy es usual, pero que entonces resultaba heroico. La pel�cula me gust� bastante, pero la novela me interes� mucho m�s. El cine suele quedarse corto en su fraternal relaci�n con la literatura, aunque tambi�n es cierto que de malas novelas pueden salir buenas pel�culas. Sea como fuere, la historia que se cuenta en La chica danesa podr�a llevar como subt�tulo el t�tulo de un libro, publicado por Circe, que hab�a aparecido pocos meses antes: La pasi�n de ser mujer, escrito por Eugenia Tusquets -�hay que ver el juego literario que da ese apellido!- y por Susana Froutchmann.
���� Ese ensayo, tal como se lee en su contraportada, propone al lector una serie de ejemplos individuales, todos ellos femeninos, que se recortan contra un mismo tel�n de fondo: el de algunas mujeres c�lebres que tomaron conciencia de su propio ser y fueron fieles a esa identidad chocando en muchas ocasiones contra la inercia de un mundo en el que predominaba el sello masculino. Hablar� al comienzo del programa con una de las autoras del libro -Eugenia Tusquets... Lamento no hacerlo tambi�n con Susana Froutchmann, pero el formato esc�nico no me permite entrevistar a dos personas a la vez. Servidumbres de la tele- y luego me arrojar� como el profeta Daniel al foso no de los leones, sino de las leonas -Anna Grau, Ayanta Barilli y Elia Rodr�guez- para abrir un debate sobre lo dicho: sobre la pasi�n de ser mujer.
���� ��Qui�n me mandar� a m� meterme en semejante l�o, periquito entre ellas, pero la verdad, expuesta de soslayo en algunos de mis libros, es que yo, pese a mi evidente condici�n masculina, siempre he sentido e incluso envidiado esa pasi�n, que no contradice la de ser var�n, sino que la completa! Puesto a reencarnarme, preferir�a hacerlo como mujer. Llevo casi ochenta a�os siendo hombre. �Ya est� bien! Disculpen la confesi�n, acaso extempor�nea, y el exabrupto, y escuchemos a Eugenia Tusquets...